Proceso creativo

Proceso creativo Reconstruir desde los Fragmentos

Hay partes de mí que se rompen. Y en un esfuerzo por unir los pedazos, suelo reconstruirme desde los fragmentos que me quedan quebrados. No están completos, no todos están intactos, pero cada uno, desde el más pequeño trozo hasta el más grande, le da sentido a esa nueva versión de lo que voy construyendo. Es un proceso constante y, a cada paso, no sé de qué manera volver a ser yo.

¿Pero qué es lo que se rompe cuando sucede? ¿El alma, el espíritu, el corazón, la voluntad? A veces siento que es la carne, la capa más superficial, la que cede. Otras, es la voluntad, el motor que se detiene. Y las más profundas, las que me duelen y me impulsan, son las fracturas en el alma y el espíritu. Esas son las que realmente me obligan a preguntarme: ¿Qué parte de mí armo desde cero para volver a ser?

Es ahí cuando vuelvo a las pequeñas cosas que le dan sentido a mi andar. El olor a tierra húmeda después de la lluvia, la textura del papel de lija bajo mis dedos, la vibración de los colores en un mercado. Son esos momentos, esas sensaciones, las que me anclan. Y al tomarlos, al usarlos como materia prima, los transformo en una paleta de herramientas.

Mi obra no es un reflejo de lo que soy, sino un mapa de mi proceso de reconstrucción. En cada pieza que pinto, en cada escultura que moldeo, intento dar forma a esos pedazos rotos. Les doy un nuevo lugar, un nuevo orden, una nueva historia. Les permito coexistir, no como un fracaso, sino como una evidencia de resiliencia.

A través de mi arte, he aprendido que no se trata de volver a ser la persona que fui, sino de aceptar los fragmentos y crear algo nuevo, algo más complejo y, quizás, más fuerte. Mi obra es la prueba de que, incluso con las fisuras visibles, la belleza y la totalidad pueden emerger del caos.